
Crisálida
(dia de vida)
Que paradójica la vida de una mariposa, que quien sabe en solo un día pueda dejar tanta enseñanza…
La historia comienza con un huevo, el cual formará al próximo individuo, una de las tantas maneras que elige la naturaleza para dar comienzo a una vida.
La etapa de oruga es la que permite que el ser tenga contacto con el mundo exterior, el cual le hace entender muchas cosas y desentender muchísimas más, por lo que en una especie de enmarañada introspección, nuestro querido gusano decide aislarse del mundo para definir su futuro.
Durante este periodo llamado crisálida, la larva puede eternamente seguir en ese estado o decidir enfrentar una nueva fase, la cual requerirá de esfuerzo y voluntad.
Finalmente la que tuvo valentía decide volver al mundo que tantos interrogantes le aportó a su vida; pero no como un burdo gusano, sino con la elegancia y gracia de una libre mariposa.
Luego del gran sacrificio, la mariposa, creyendo que tiene el mundo en sus manos y la libertad de volar al mas allá, desatiende sus exigencias creyendo que la felicidad era inmensa y eterna; pero al llegar la noche, los tiempos de gracia llegarían a su fin, cuando la muerte, tan despiadada le de aviso de que no volvería a ver el sol, nunca jamás.
Es así que la mariposa se dio cuenta de cuanto valía su vida en el momento que se le estaba terminando su día… su preciado día de vida.
Ahora, reflexionando unos segundos, debemos darnos cuenta que la moraleja es muy clara. La mariposa nace, vive, lucha por la felicidad y en un breve instante la pierde para siempre.
Pensando en un nivel mas cercano al nuestro; ¿Cuantos días vivimos? ¿Cuantos días sobrevivimos? ¿Cuantos días matamos? ¿Cuantos días morimos? Quizás muchas veces usemos nuestro tiempo en cosas tan absurdas y por eso dejamos de luchar por la felicidad; y cuando ésta toca nuestra puerta, seguimos pensando más que otra cosa y no podemos disfrutar.
Será que muchas veces vivimos en etapa de crisálida por miedo a enfrentar la realidad, será que estamos acostumbrados a tener demasiado tiempo a nuestro favor, será que muchas veces nos cruzamos (casualmente o no) con la felicidad, será que todavía no aprendimos a disfrutar.
¿Qué sería de nuestras vidas si habría que luchar hasta el cansancio para conseguir un poco de inmensa alegría?
¿Qué seria de nuestras vidas si solo duraran un día?
Quizás muchos de nosotros tendríamos que renacer en el cuerpo de una mariposa, para darnos cuenta de cuando el tiempo es efímero y como lo debemos administrar, de que si luchamos conseguimos lo que queremos y que se puede disfrutar hasta la más ínfima felicidad.
¡Carpe diem!